martes, 15 de diciembre de 2009

Sloth... y el demonio de la postergación

La pereza era un tema filosófico para Diógenes, el griego, pero era una pereza degustadora, un modo de vida, una forma de utilizar el tiempo interno, meditativa, casi zen. No era propiciada por un estado alterado del espíritu, por una conmoción interior, por confusión o desánimo, sino todo lo contrario
Cuando era este el caso en Grecia  se le pensaba y trataba como una enfermedad, una afección, casi como en nuestros días
Tuvieron que pasar 500 años para que la Edad Media lo identificara con lo Demoníaco, así es la cosa, vaya capacidad para la involución!
Así es que la Tristitia o ACEDIA es convertida en una cuestión peligrosa para el poder instituído, la iglesia, como una forma terrible de falta de fe, y su padecimiento perseguido y castigado como un acto antirreligioso, incluso ligado directamente al inframundo y sus poderes malignos
Esa pena, letargia, tristeza, está por lo general asociada a la autocompasión y la pereza intelectual, además de la vida y su ferocidad innata, imaginen la vida en la Edad Media para cualquier uno de a pié, y en todas las épocas han existido razones de sobra para sentir agotamiento, tristeza y melancolía
Un estado aún más grave era la Desesperación, estado crítico asociado a ideas suicidas tan queridas por el clero y el estado, la deseperanza da paso a la desesperación cuando el corazón y los nervios ya no pueden resistir la ansiedad y el malestar con la propia existencia y...o...la realidad
La deseperación, en una época donde se creía en los humores del cuerpo, era propiciada por un exceso de bilis negra en el organismo, que causaba retraimiento en el sujeto...en esto fue Galeno el primero en identificar
la acedia como un trastorno físico
Pero fue la iglesia en la edad media la que habló de demonios, como Belphegor, el demonio del mediodía, que  volvía a la persona adusta y huraña y tentaba a su víctima con el ignoto y misterioso placer del vacío, una tentación bastante peculiar, pero quién puede decirme que no se trata de una verdadera tentación para un espíritu inquieto
Paso a imaginármelo, si creo en un dios protector que está viéndolo todo y sigo sus preceptos no tengo nada que temer pues al final hasta las desgracias más retorcidas tendrán una razón de ser, el mundo tiene sentido y ese dios no dejará que el mal triunfe, pero si dudo, si no puedo creer y creo que no existe...
un gran estudioso de este tema fue Robert Burton, que acuñó el término Neurasthenia, hoy ya en desuso, aunque no en épocas de mi padre, he aquí unos extratos  suyos muy interesantes
La Tristitia o acedia provocan excesos de incertidumbre, y el perfeccionismo es otra de las caras de esta vieja moneda
Hoy día el concepto de depresión clínica es muy conocido y la ciencia ha detectado una diminuta parte del cerebro, el área 25, donde radicaría el problema... mhhhh... se ha estimulado artificialmente esta zona en pacientes con depresiones inmunes a los  medicamentos y parece haber funcionado
De todas maneras mi espíritu romántico me inclina hacia el demonio de la postergación como una imagen mucho más interesante


yo para mí

buenas y santas


Hoy me he despertado sabiendo que no estoy en el futuro 
pues aún siguen existiendo los cables



Dicen las malas lenguas que soy inmadura
es verdad, y también soy una sonsa y una chiflada 
y una cabeza de chorlito


No cantes ni bailes ni hagas bromas 
porque ahora están todos muy susceptibles


" He caído en la trampa? estoy haciendo todo mal?
   he caído tan bajo...? es todo tan abismal?
                                      Sacha Guzmán


No se puede decir adiós sin decir diós

monumento a William Scerzky

monumento a William Scerzky
filósofo yanqui cuyos textos alucinantes tengo aen algun cuaderno perdido en alguna parte de mi dimensión desconocida, sialguien encuentra algun dato sobre el personaje en cuestión agradezco la información. según la cerdos y peces, si, la viejisima cyp, es autor de EL FRACASO DEL APOCALIPSIS.